Otro tsunami para las pensiones

Otro tsunami para las pensiones Durante el verano despierta simpatía ver a los más pequeños hacer castillos con torres muy altas si la arena está lo suficientemente compacta. Pero luego, inevitablemente, llega la fuerza impresionante de una ola que lo desarma todo. Eso, en pocas palabras, fue lo que hicieron los tres retiros del 10% con los fondos de pensiones: fueron un tsunami destructor. Porque no fue poco lo que destruyeron. Si sumáramos al nivel actual de ahorro para las pensiones lo que se retiró, este se elevaría desde los $ 168 billones actuales hasta $ 208 billones. Si a eso le agregáramos la rentabilidad perdida por la liquidación forzosa de tantos activos en tan poco tiempo, este monto podría escalar entre los $ 224 billones y los $240 billones. Es decir, podría haber un nivel de ahorro 43% mayor bajo el mejor escenario posible. Recién a fines de 2023 alcanzamos el monto nominal de ahorro qué había previo a la pandemia, ¿pero recuperaremos el valor real que había entonces? Porque el peligro asecha. En los medios de comunicación, se repiten una y otra vez notas que generan expectativas sobre los autopréstamos de las AFP.

De aprobarse, nuevamente habría destrucción: podrían generar una disminución en la pensión de entre 1,4% y 2,8%, pero según un estudio que realizamos en el Observatorio Perspectivas, este monto se multiplicaría por diez si las personas no devolvieran los fondos. Dado que las administradoras no tienen la institucionalidad de los bancos para abordar el impago de un préstamo, esta opción cobra aún mayor relevancia. Tenemos que poner un dique para protegernos de este tsunami con urgencia.

Ese dique podría ser tomar medidas para mejorar la rentabilidad de los actuales fondos, pensando que, con tan solo elevarla en un punto porcentual durante la vida laboral, la pensión puede llegar a ser más de 20% mayor. Sin embargo, iniciativas en esta línea están ausentes del debate público y de la embargo, iniciativas en esta línea están ausentes del debate público y de la Gabriel Cestau, director Observatorio Perspectivas reforma. Modernizar el régimen de inversión de nuestros ahorros es clave.

La inversión en activos alternativos (como lo son obras de infraestructura o activos inmobiliarios) han rentado más del doble que los activos tradicionales en los últimos diez años, pero la exposición a ellos está limitada por una normativa que ha ido quedando obsoleta con el tiempo. Sin estas mejoras se corre el riesgo que lo que hacemos con nuestros ahorros sea como pasar mil veces la misma arena por el colador sin usarla para ningún ladrillo. Ante los temores de que ideas como el autopréstamo sigan siendo del gusto de los cortoplacistas, modernizar el régimen de inversión es casi una obligación con los trabajadores.
Su esperanza de vida aumenta cada día que pasa y eso nos obliga a buscar cómo financiar adecuadamente su vejez, en terreno firme, donde no llegue ninguna ola que la desarme. terreno firme, donde no llegue ninguna ola que la desarme.

Fuente: El Heraldo