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Agosto 21, 2023
Cobro de comisiones de AFP representa el 0,6% de recursos administrados y habría problemas en transición hacia pago por saldo
De acuerdo con estudio del ESE Business School de la Universidad de los Andes, se concluye que existe poca conciencia de estos cobros, porque es usual que los trabajadores solo conozcan su sueldo líquido, ignorando los componentes de seguridad social, como el ahorro para pensiones.
Una de las propuestas que contempla el proyecto de reforma de pensiones del Gobierno, que hoy está siendo analizado en una mesa técnica con asesores de parlamentarios para evaluar indicaciones, es modificar el sistema de cobro de comisiones de las administradoras de fondos de pensiones, desde una comisión sobre el sueldo imponible a un cobro por saldo administrado. Ambos cobros son porcentuales.
Un estudio del ESE Business School de la U. de los Andes concluye que si bien el cambio planteado por el Ejecutivo “puede ser interesante, parece incompatible con la organización industrial que propone el proyecto de ley”. Asimismo, se advierten los problemas que habría en la transición de un sistema a otro.
En el análisis se calcula que el porcentaje que representa el cobro de comisiones sobre el total administrado de ahorros está en torno a un 0,6% anual, lo que a juicio de la autora de la investigación, Cecilia Cifuentes, “no parece elevado en relación con los cobros de comisiones de otros gestores de fondos”. Otra de las conclusiones es que hay un déficit de educación financiera, que lleva a que la comprensión de los afiliados sobre el sistema sea reducida. “(Existe) en general poca conciencia de estos cobros, en parte, porque es usual que los trabajadores solo conozcan su sueldo líquido, desconociendo muchas veces los componentes de seguridad social, no solo de pensiones, sino también de cesantía, salud y accidentes del trabajo”, dice Cecilia Cifuentes, directora ejecutiva del Centro de Estudios Financieros del ESE Business School.
Sistema actual
El estudio afirma que el objetivo del cambio propuesto en la reforma, desde un sistema de cobro por comisiones a uno por saldo, tiene que ver con el diagnóstico de que en el pilar contributivo del sistema de pensiones existe poca sensibilidad al precio, es decir, a la comisión que cobran las distintas administradoras, lo que podría dañar la competencia y traducirse en ganancias sobrenormales.
Se recuerda que esa situación se buscó corregir en la reforma de 2008 que creó el pilar solidario de pensiones, a través de introducir licitaciones de nuevos afiliados al sistema contributivo, lo que hoy sigue operando. “Esa política se tradujo, efectivamente, en una reducción importante de las comisiones, que muestra el promedio simple de las comisiones cobradas por las distintas administradoras, y que corresponde al porcentaje cobrado sobre el sueldo imponible de los cotizantes”, dice Cifuentes. A partir de los datos de comisiones se concluye que el mecanismo de licitaciones, establecido en 2009, permitió reducir la comisión promedio, llegando actualmente a un 1,1%, aunque persisten diferencias de cobro entre las administradoras.
Sin embargo, se advierte que el riesgo regulatorio de modificar el sistema de cobro podría ser negativo, ya que las comisiones registraron una tendencia al alza cuando se inició la discusión previsional en 2006 que reguló los actuales pagos. “¿Implican estas diferencias de cobro que existe un problema de competencia? No necesariamente, ya que el servicio que entregan (las AFP) no es homogéneo, como tampoco lo son los retornos. De hecho, si se analizan los traspasos entre administradoras, existe bastante movimiento entre fondos y administradoras, lo que aleja la idea de clientes capturados. El proceso de cambio es relativamente sencillo, y se puede hacer por la vía digital”, señala el informe.
Se ejemplifica que una prueba de la escasa sensibilidad de los cotizantes a la comisión que les cobran se observa en la situación de Planvital, que luego de perder la licitación de nuevos afiliados en 2018, subió su comisión a más del doble, de 0,41% a 1,16%, lo que hasta la fecha solo le ha significado una disminución de 8% en el total de afiliados y de 5% en el total de cotizantes.
Ventajas y problemas
En el análisis se reconoce que una de las ventajas de una comisión por saldo, como la propuesta en la reforma del Gobierno, es que permite comparar en forma más fácil el cobro con otros gestores de fondos.
Otra condición favorable es que el valor de la comisión por saldo resulta relevante para aquellas personas que tienen saldos administrados elevados, que suelen ser también los que tienen mejor educación financiera. “El interés de los administradores por captar a estos cotizantes de alto saldo podría generar eventualmente mayor competencia vía precio, lo que también favorecería a los grupos menos informados”, acota Cifuentes, añadiendo que otra ventaja es que, al ser una comisión por saldo, la administradora recibe una mayor comisión frente a buenos retornos del fondo y viceversa, lo que atenuaría la crítica de que ganan lo mismo por comisiones independiente de los resultados.
No obstante, alerta de que en la transición de un sistema a otro podría afectarse a las personas que llevan tiempo cotizando y que ya pagaron por la administración del saldo que tienen, por lo que no correspondería cobrar nuevamente por el mismo servicio en el caso de que se empiece a pagar por saldo.
Según el estudio, otro problema tiene que ver con aumentar la competencia con nuevos gestores de fondos, ya que no es claro si habrá interés en cumplir ese rol si las comisiones por cobrar deben hacerse cargo de que los afiliados ya pagaron por ese servicio. También está la dificultad del cobro de comisión a los nuevos afiliados que no tienen saldo.