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Noviembre 4, 2024

Crecimiento y Pensiones: cómo se lo contaría a mis niños

Noviembre 2024
Paulina Yazigi S.

A propósito del reciente y decepcionante dato de Imacec, es importante que hablemos de crecimiento y de pensiones. Y esta vez lo enfocaré desde uno de los desafíos de mi vida cotidiana: cómo explicarles a mis hijos, y sus compañeros, a qué me dedico. No es evidente explicar que soy macroeconomista, y que hoy trabajo día a día por #MejoresPensiones (quizás hasta acá, mis niños solo me han entendido el “#”).

Partamos por la parte de la macroeconomía, y luego nos pasamos a las pensiones. La teoría del crecimiento económico, y en realidad, la práctica, nos dice que la economía de un país crece y avanza gracias a tres motores: el capital (las máquinas, los puentes, los computadores, etc.), el trabajo (las personas), y la PTF (productividad total de factores), que sería la tecnología, o cómo organizamos ese capital y ese trabajo. Si el producto interno bruto (PIB) fuera una carreta tirada por bueyes, uno sería el capital, el otro sería el trabajo, y la PTF sería cómo ordeno esos bueyes: si los pongo al lado, uno delante del otro, etc.

¿Por qué es importante el crecimiento del PIB? Todos los años la economía de un país produce bienes y servicios, los que puede vender dentro o fuera del país, y se recibe un ingreso por ello, igual que en una familia. Con ese ingreso el país intenta pagar sus cuentas: el consumo privado, el de gobierno, la inversión, y queda un neto entre exportaciones e importaciones. Todos los años debemos crecer, es decir, lo que se produce en un año, debe ser mayor al año anterior. ¿Por qué? Porque si no, nos estancamos, y no habría los suficientes recursos para poder atender las múltiples y crecientes necesidades de las personas, algunas muy urgentes como la seguridad, y otras también muy importantes, como la salud, educación, planes sociales, infraestructura, pensiones, etc.  Además, si la población crece (1,3% en los últimos 5 años en Chile), y el PIB no va al menos al mismo ritmo, el “per cápita” se achica. Y nadie quiere ser más pobre al año siguiente.

En Chile, los tres motores del crecimiento llevan años estancados. Duele decirlo, pero es cierto.

El Capital, que crece gracias a la inversión, está bastante detenido. En Chile, la inversión como proporción del PIB ha caído cerca de 4 puntos en los últimos años. Para que la inversión crezca, se necesitan recursos para financiarla, ya sea con los propios ahorros del país, o el proveniente desde otras economías (algo positivo, pero si es en exceso, nos deja bastante vulnerables). Por eso es tan importante el ahorro de las personas, que es principalmente el ahorro previsional, porque ha ayudado por años a que el país crezca y se desarrolle. Según un estudio de Clapes (2024), el 11% del crecimiento en las últimas 4 décadas ha sido gracias a los fondos de pensiones, así como 1/3 de la inversión. Pero nuestro mercado de capitales, según distintos indicadores, lleva años detenido, sin desarrollo, empeorado críticamente por los 3 retiros. Y la incertidumbre, la permisología, y distintas reformas, no han hecho más que ahuyentar el capital y la inversión de nuestro país.

El motor Trabajo también está alicaído en Chile, sufriendo una “emergencia laboral” según expertos. Desde la pandemia se ha recuperado empleos, pero aún se estima que estamos con un “déficit” de más de 200 mil puestos de trabajo. Una buena parte de la creación de empleo ha sido público, y en los últimos meses hemos visto un incremento en la informalidad laboral. La inmigración llevó a que hace algunos pocos años, el Banco Central de Chile revisara el crecimiento potencial y tendencial al alza (en el IPoM de junio 2019). Sin embargo, lo que importa es el PIB per cápita para evaluar la calidad de vida de las personas, por lo que el hecho de que crezca el factor trabajo por sí solo no necesariamente es una buena noticia. Este trabajo, para ayudar a tirar el carro del crecimiento, debe ser calificado y formal. Mirando las lecciones “del futuro”, como por ejemplo los casos de Europa o Japón, sólo se puede vaticinar un mayor envejecimiento en Chile, una continua baja en la natalidad, y jóvenes buscando trabajos flexibles e informales. Si no se avanza con las políticas públicas adecuadas, la demografía y tecnología truncarán aún más el motor llamado trabajo.

El tercer motor, la PTF, lleva años sin avances en nuestro país. A partir de la década de 2010, la PTF ha mostrado una tasa de crecimiento cercana a cero en promedio, e incluso en los últimos años un retroceso. Diversas razones explican esto, y es por lejos uno de los desafíos más importantes. Con toda la tecnología y digitalización existente, no se trata de reemplazar el factor trabajo, sino que reconvertirlo, y combinarlo de la mejor forma con el capital.

¿Qué tiene todo esto que ver con las Pensiones? Todo. Es una referencia circular. El ahorro de cada persona, proveniente de su trabajo formal, se agrega para conformar el ahorro nacional. Este ahorro agregado financia la inversión. ¿Qué gana la señora Juana y el señor Miguel? Ganan crecimiento, empleo formal, acceso al crédito, y también retornos positivos en las inversiones de los fondos de pensiones, multiplicando sus ahorros, y elevando su pensión futura.

Esta conjunción virtuosa de trabajo, capital y productividad se ve en gran parte dado “por y para” el ahorro y las pensiones. No perdamos de vista esto: todo esto es por y para todas las personas.

Ahora creo que mis niños lo entenderían un poco más.