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Diciembre 30, 2024
Estudio de la AAFP muestra que 1,1 millones de mujeres trabajan en la informalidad y no cotizan para su pensión
Un estudio de la Asociación de AFP mostró que más de 1,1 millones de mujeres trabaja de manera informal, lo que significa que no cotiza para su seguridad social. Además, a junio 2024, solo un 45,1% de las mujeres afiliadas cotizó al sistema de pensiones, registrando una caída cercana a 80 mil cotizantes respecto de 2023.
Santiago, 30 de diciembre de 2024. El estudio “Mujeres: Evolución de la Situación Laboral y Previsional”, desarrollado por la Asociación de Administradores de Fondos de Pensiones (AAFP), dio a conocer que el mercado laboral femenino en Chile muestra avances moderados, pero las desigualdades estructurales siguen siendo un desafío significativo.
Según el Informe Previsional Económico de diciembre de 2024, la tasa de participación laboral de las mujeres alcanzó un 52,6% entre julio y septiembre, mientras que la ocupación llegó al 47,7%, lo que representa un aumento respecto al año anterior. Sin embargo, cerca de 1,1 millones de mujeres trabajan en la informalidad, lo que equivale al 28,6% del total de ocupadas. Este fenómeno limita la protección social y agrava las vulnerabilidades económicas.
La informalidad también impacta en las pensiones, donde solo el 45,1% de las afiliadas cotizó en 2024, lo que refleja una disminución de 80 mil mujeres respecto al año anterior. Las brechas de género en ingresos son evidentes: los hombres tienen un ingreso imponible promedio un 12,5% superior al de las mujeres, quienes enfrentan además pensiones un 39,2% más bajas. Estas cifras destacan las barreras que las mujeres encuentran para acceder a mejores condiciones laborales y previsionales.
Durante la última década, la participación laboral femenina ha aumentado de un 50,3% en 2014 a un 52,6% en 2024, con un crecimiento destacado en empleos dependientes. El informe subraya la necesidad de políticas públicas enfocadas en fomentar la equidad laboral, reducir la informalidad y garantizar una protección social adecuada para las mujeres. Aunque hay avances, las cifras evidencian que los desafíos estructurales persisten, afectando no solo el bienestar presente, sino también las condiciones de vida futuras de las trabajadoras chilenas.