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Febrero 25, 2019
Expertos valoran reforma de pensiones de Brasil, pero difieren en los próximos cambios
Propuesta contempla establecer una edad de jubilación y un tiempo mínimo de imposiciones para poder acceder a una pensión completa.
El Presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, presentó el miércoles al Congreso de su país una de sus propuestas estrella durante la campaña y con la que espera reactivar la economía: la reforma al sistema de pensiones.
Según el ministro de Economía y Hacienda de Brasil, Paulo Guedes, de aprobarse la reforma, será posible ahorrar US$ 300 mil millones en la próxima década, lo que propiciará una reducción de un creciente déficit fiscal, que en parte se le ha atribuido al ‘colapso’ del actual sistema de pensiones.
En Brasil, los gastos previsionales representan un 13% del PIB, y por los cambios demográficos, estos crecen más de US$ 13 mil millones por año.
Actualmente, el sistema está dividido en dos regímenes: el de los trabajadores del sector privado y el de los empleados públicos y militares. Solo entre los empleados públicos se requiere una edad mínima de jubilación, mientras que en el régimen de los trabajadores del sector privado -que corresponde a cerca de 30 millones de personas-, no hay edad mínima para recibir los beneficios previsionales.
Dentro de las claves del proyecto está establecer una edad mínima de jubilación: para los hombres, a los 65 años, y para las mujeres, a los 62, lo que eliminaría la opción que existe actualmente, que es retirarse después de 30 años de imposiciones para las mujeres y 35 años los hombres. La propuesta busca que el promedio de jubilación no sea a los 55 años, como ocurre hoy en día.
Además, propone que para recibir una pensión, los hombres y las mujeres deberán haber contribuido al menos 20 años. Sin embargo, para recibir el beneficio completo, tendrán que cumplir 40 años de cotización.
De ser aprobada la reforma, estiman que el nuevo sistema demorará 12 años en implementarse y durante ese período convivirán ambas movilidades, la actual y la nueva.
Diferentes expertos valoraron la propuesta presentada en Brasil y aseguran que es necesaria. Sin embargo, difieren en los caminos que se deben seguir para mejorar el sistema hacia adelante.
‘El aumento de la edad de jubilación es lo natural, pero a mí me parece que se queda un poco corto’
Sergio Urzúa, profesor de la Universidad de Maryland e investigador asociado a Clapes UC, valora la propuesta que apunta a alivianar el peso fiscal del sistema que funciona actualmente en Brasil. Sin embargo, señala que lo que se está discutiendo es el primer paso. ‘Me parece que es un programa de emergencia que trata de implementar Brasil debido al gasto fiscal que tienen en el ámbito de las pensiones’, dice Urzúa. A pesar de que desde un punto de vista técnico dice que es natural aumentar la edad de jubilación, a su parecer esto se queda ‘un poco corto’. ‘Los cambios hoy día en ese ámbito están en tratar de generar una fórmula para que el aumento en la edad de jubilación sea en función de las intenciones políticas o de la necesidad de hacerse cargo de un problema fiscal y no por el cambio demográfico y de la mayor longevidad de la población’, dice. Por otra parte, asegura que se ha discutido la posibilidad de que Brasil se mueva a un sistema de capitalización individual, lo que, a su juicio, sería bastante inevitable, producto de que todos los sistemas en el mundo tienen ese componente e incluyen el pilar solidario. En esa línea, indica que existen muchos modelos para mejorar el sistema previsional, por lo que Brasil no tiene que inventar la rueda: ‘Hay modelos bien establecidos, y el chileno es uno de ellos’.
Sergio Urzúa, profesor de la U. de Maryland e investigador asociado a Clapes UC.
‘El criterio de contribuciones definidas tiende a mejorar la solvencia de los sistemas’
Andras Uthoff, economista de la Universidad de Chile e integrante de la Comisión Asesora Presidencial sobre el Sistema de Pensiones (Comisión Bravo), comenta que la reforma es un intento de relacionar mejor las contribuciones con las prestaciones. ‘Avanza sin eliminar el reparto hacia un sistema de contribuciones definidas’, explica. Uthoff valora que se establezcan contribuciones definidas y dice que estas ‘tienden a mejorar la solvencia de los sistemas’. Sin embargo, señala que esto aplicado a nivel de cada individuo, es decir, en contratos individuales, tiende a ser excluyente. ‘Habría que aplicarlo a un contrato colectivo’, plantea. Para el economista, el sistema de Brasil tiene una estructura de múltiples pilares y, a su juicio, es muy bueno. No obstante, dice que se deben sanear los criterios de cada pilar, evitando abusos en el otorgamiento de beneficios contributivos, pero manteniendo la estructura de garantías para los más vulnerables.
Andras Uthoff, economista de la Universidad de Chile.
‘No se aprecian cambios estructurales al menos en el corto plazo’
El abogado Hugo Cifuentes, quien integró la Comisión Presidencial Asesora de Pensiones (Comisión Bravo), sostiene que con la reforma de pensiones presentada el miércoles en Brasil, no se aprecian cambios estructurales, ‘al menos en el corto plazo’. El experto en seguridad social señala que respecto al ámbito paramétrico que considera elevar las exigencias de tiempo de cotización a 40 años para una pensión completa, son carreras laborales muy extensas. ‘Eso es algo que en Chile, al menos, es difícil de acreditar’, cuestiona. Por otro lado, Cifuentes critica que no se unifiquen los distintos regímenes previsionales que hay en Brasil, manteniendo diferencias a favor de algunos sectores de funcionarios. ‘En parte, seguramente, porque un cambio radical de subir las exigencias actuales a cumplir 40 años de cotizaciones, puede ser más complejo’, plantea.
Hugo Cifuentes, abogado, experto en seguridad social.
‘Reconocen que para construir pensión hay que contribuir en el sistema’
El gerente general de la Asociación de AFP, Fernando Larraín, señala que la reforma previsional propuesta en Brasil se hace cargo de un problema que en Chile también existe, al proponer una cantidad de años mínimos de contribución. ‘Lo que hacen ellos es que establecen que para poder acceder a una pensión completa se tiene que cumplir con un mínimo de 40 años de cotización, y para acceder a pensiones parciales, hay que cumplir con 20 años’ indica. Larraín dice que en Chile se generan expectativas de pensión independiente de los años de cotización. Por lo que asegura que es importante hablar -debido a las expectativas que se generan- de que la pensión depende de la cantidad de años de cotización, lo que no es lo mismo que la cantidad de años de trabajo. ‘La reforma de Brasil reconoce que para poder construir pensión hay que contribuir en el sistema’, afirma. Por otra parte, el ejecutivo sostiene que la reforma está tratando de resolver un problema que en Chile no existe, y que es el problema fiscal que ha generado el sistema de reparto. ‘Esto demuestra que los sistemas de reparto están en jaque en la gran mayoría de los países del mundo, y que se están moviendo a otros sistemas, por la inviabilidad que genera el reparto’, indicó.
Fernando Larraín, gerente general de la Asociación de AFP.
‘Se trata de una solución que solo durará algunas décadas’
Tomás Málaga, profesor e investigador de la Escuela de Economía de la Fundación Getulio Vargas de Brasil, ha seguido la propuesta desde cerca. El consejero del Centro Regional CLEAR (Centro de Aprendizaje en Evaluación y Resultados) para Brasil y África sostiene que la reforma previsional presentada por Bolsonaro enfrenta dos problemas. En primer lugar, señala que la solución que se busca en el corto plazo es contener el déficit fiscal. Por otro lado, dice que sienta las bases para un programa de capitalización, que finalmente sería un sistema mixto. Sin embargo, no hay detalles al respecto. Málaga considera que lo negativo del proyecto es que ‘se trata de una solución que solo durará algunas décadas’. ‘Si no hay reversión en la demografía, aumentos de productividad que mejoren significativamente los salarios y las contribuciones o un aumento de formalización en el mercado de trabajo, serán necesarios nuevos ajustes’, asegura el experto. No obstante, destaca que después de dos décadas sin reformas y con claras señales de desempeño insatisfactorio de la economía, es un alivio que los problemas se estén enfrentando. Por otro lado, según el experto, el primer paso que debiera realizar Brasil para mejorar las pensiones es equilibrar las cuentas públicas. ‘El recado de las elecciones es de una mayor transparencia, fin de privilegios y transparencia en la asignación del gasto público. En seguida hay que considerar cuál es el mejor sistema’, menciona. Asimismo, sostiene que la previsión social en Brasil atiende un conjunto de productos que deberían ser ofrecidos de forma separada. ‘Hay que simplificar las leyes laborales que crean informalidad y finalmente adoptar políticas que busquen aumentar la productividad’, agrega. Para Málaga sería apropiado un sistema mixto, con la garantía de una pensión mínima. ‘El sistema sería inmune a problemas demográficos’, dice. Además indica que Brasil ya tiene un sistema complementario de capitalización y este podría adaptarse a las nuevas condiciones.
Tomás Málaga, de la Escuela de Economía de la Fundación Getulio Vargas.
‘Se deben agregar incentivos adicionales a cotizar’
José Luis Ruiz, experto previsional de la Universidad de Chile e integrante de la Comisión Asesora Presidencial sobre el Sistema de Pensiones, más conocida como ‘Comisión Bravo’, señala que Brasil -al igual que el resto del mundo- enfrenta escenarios de creciente longevidad en la población, lo que provoca una fuerte presión al gasto fiscal en materia de pensiones. Por tanto, valora que se eleve la edad legal de retiro y subir los requisitos de años de contribuciones. ‘Esto va en el sentido de hacer su sistema de pensiones más sustentable en el tiempo, junto con reducir su fuerte déficit público y proyectado sin reformar su sistema de pensiones. Ambas medidas son impopulares en la población, pero es lo correcto para el largo plazo’, dice el ingeniero. Desde su perspectiva a estas medidas ‘se deben agregar incentivos adicionales a cotizar y educación previsional’. Para Ruiz, una de las ventajas de los sistemas de capitalización es que introducen responsabilidad fiscal al separar los recursos de la gestión del gobierno de turno. Sin embargo, dice que los sistemas de reparto entregan mayor seguridad social en la medida que vayan cumpliendo sus compromisos de pensiones, ‘lo cual no es claro de que puedan sostener en el tiempo’.
José Luis Ruiz, ex integrante de la Comisión Bravo.