Sondeo muestra que un 44% quiere que el 6% adicional vaya completo a la cuenta del trabajador

La reforma previsional en discusión en la comisión de Trabajo de la Cámara de Diputados, genera posiciones encontradas. Se trata de un texto amplio, complejo, con cambios profundos sobre cómo y cuánto se ahorra, quién administra los fondos y cuáles son las pensiones que se recibirán.

Con ese contexto y teniendo en cuenta que la expectativa del Gobierno es que el próximo 25 de enero se vote la idea de legislar —pese a la resistencia de la oposición que considera inviable que se vote a fines de mes—, Espacio Público (EP) y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo en Chile (PNUD) en conjunto con Ipsos Chile, desarrollaron un sondeo que busca reflejar cómo percibe la reforma la ciudadanía.

¿Cuáles son los hallazgos? Lo primero, que existe un bajo nivel de información de la reforma, sobre todo en segmentos más vulnerables: un 76% señaló sentirse poco o nada informado, frente a un 21% dijo sentirse muy o bastante informado. En tanto, en los subgrupos socioeconómicos D/E, el desconocimiento llega al 86% de quienes se sienten poco o nada informado.

Respecto de los montos de pensión para distintos grupos, se observa que para rentas altas cercanas al tope imponible ($2,8 millones) se estima que el monto de su pensión debería ser, en promedio, de aproximadamente $14 millones, lo que equivale a una tasa de reemplazo cercana al 50%.

En contraste, cuando se pregunta por quienes cotizaron por un sueldo cercano al mínimo, las respuestas son $440 y $348 mil, es decir, una tasa de reemplazo que se acerca al 100%. Para quienes nunca cotizaron, en tanto, se estima que debiera ser mayor a la actual PGU (Pensión Garantizada Universal), pero menor a las de quienes cotizaron.
En materia de solidaridad —que es uno de los puntos álgidos del debate en el Congreso—, el estudio señala que coexisten dos visiones “por una parte, se observa valoración del esfuerzo individual para la construcción de la pensión y, por otra, apertura a la redistribución de la cotización adicional, a cargo del empleador, a determinados grupos de personas o en determinadas situaciones de mayor vulnerabilidad”.

Esto se evidencia en que un 44% se inclina porque el 6% de cotización adicional vaya completo a la cuenta del trabajador, mientras un 40% preferiría que se destine una parte a la cuenta personal y otra a un fondo colectivo solidario, mientras otro 14% prefiere quese destine en su totalidad a un fondo colectivo. Dicho de otra forma, un 54% prefiere que su cotización adicional se destine total o parcialmente a un fondo colectivo.

Por otra parte, un 65% estima que los cuidadores no remunerados que puedan recibir aporte de los demás trabajadores, en tanto que respecto de transferencias a los actuales pensionados desde los trabajadores o que una parte de la cotización de trabajadores de mayores ingresos ayude a la pensión de los trabajadores de menores ingresos, los porcentajes a favor son levemente superiores al 50%.

El sondeo también pregunta qué aspecto —aparte del monto de la pensión— valorarían más de la reforma.
Las respuestas apuntan a que la pensión esté más protegía volatilidad de los mercados financieros (37%), mejoras al servicio (15%), una disminución de las comisiones (15%), la posibilidad de elegir quién administra los fondos (14%), y que esté más protegida frente a períodos de cesantía (13%).

Una última pregunta aborda la importancia de que el Congreso llegue a un acuerdo: un 71% señaló que es muy importante y si se suman quienes lo considera bastante importante (15%), se llega al 86%.

Según Georgiana Braga-Orillard, en Chile) “la encuesta revela que la ciudadanía tiene una alta expectativa de que se materialice una reforma al sistema de pensiones”, la que “debiera ser equilibrada, reconociendo el valor del esfuerzo individual e incorporando también mecanismos de solidaridad que permitan mejorar las pensiones de grupos más desprotegidos” y a resguardo “de shocks económicos”.

Por su parte, Paula Benavides, presidenta de Espacio Público, complementó que existe “un desafío importante de mayor y mejor información respecto de la reforma previsional” y coincidió que los resultados “dan cuenta de la coexistencia de distintas visiones que incluyen tanto la valoración del esfuerzo individual como la de la solidaridad en el sistema, a la espera de que este ofrezca mejores tasas de reemplazo, un piso mínimo de pensión y mayor previsibilidad en los ingresos en la vejez. Un sistema mixto en el pilar contributivo reconocería justamente estas distintas visiones”.

Fuente: El Mercurio